Indígenas virtuales. El activismo digital como nuevo campo de estudio
Anuschka van ´t Hooft
Universidad Autónoma de San Luis Potosí
A partir de los años noventa del siglo pasado, las reivindicaciones sociales, políticas, culturales y educativas de los pueblos originarios adquirieron un componente nunca antes visto en las luchas sociales hasta ese momento: el despliegue informativo en internet. Todos recordamos la astucia con la que los líderes del movimiento zapatista usaron los –en aquel entonces tan nuevos- medios electrónicos como correos electrónicos, foros y sitios o portales web para promover su causa, sobre todo para conectarse con y ganarse la simpatía de los medios de comunicación internacionales.[1] En la actualidad, con la aparición de la web 2.0 y las plataformas sociales, basta con un clic para sentirnos informados e involucrados en disputas de los pueblos originarios por la tierra, los recursos naturales, la educación, la lengua o la identidad.
Desde la comodidad de nuestro hogar, un café, la escuela o algún otro lugar público con wifi, todos los días nos llegan flujos de información acerca del ciberactivismo y el activismo cara a cara de grupos sociales como la Campaña Nacional de Defensa de la Madre Tierra y el Territorio,[2] la Red Latinoamericana contra Represas,[3] o el Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero,[4] para mencionar algunos ejemplos.
De la misma manera, las actividades de los hablantes para promover el conocimiento tradicional o el uso de su lengua en internet forma parte de estas movilizaciones indígenas, ya que este activismo “atañe a los procesos de reivindicación cultural y étnica de pueblos históricamente excluidos, a la revaloración de sus formas de conocimiento e idiomas, y en última instancia, al ejercicio de sus derechos colectivos, reconocidos en numerosos tratados internacionales”.[5] Así, podemos descargar la nueva app para aprender la lengua Purhépecha,[6] participar en los grupos de WhatsApp en lengua maya yucateco,[7] o checar el Facebook o el Soundcloud de los Juchirap crew,[8] el grupo de hiphop en lengua diidxazá (zapoteco del Istmo).
Las actividades en estos sitios web y redes sociales en internet se pueden considerar como activismo digital, ya que se caracterizan por querer informar, concientizar, promover, defender o denunciar, con el objetivo de movilizar a otras personas. Incluso, pueden tener el objetivo de incidir en ciertas políticas públicas. Cabe mencionar, que el activismo digital, aunque frecuentemente asociado con el internet, también incluye el uso de las nuevas tecnología que no están presentes en las diversas plataformas en línea, como son el video digital o las radios comunitarias.
La sociedad red
Las nuevas tecnologías han dado pauta a un cambio paradigmático del modelo social en una nueva sociedad, la sociedad red o sociedad de redes globales, que se caracteriza, entre otras particularidades, por “una cultura de la virtualidad real construida mediante un sistema de medios de comunicación omnipresentes, interconectados y diversificados”.[9] Las nuevas tecnologías proveen nuevos espacios, nuevos campos de posibilidad para los pensamientos, la acción e interacción. A su vez, las prácticas desarrolladas a partir de estas nuevas tecnologías generan nuevos significados, nuevas identidades y nuevos sujetos.
La relevancia actual de la sociedad red globalizada hace imperativo comprender más acerca de la participación de la población indígena en ella. En el contexto del surgimiento de nuevas formas de saber, ser y hacer en el internet y, en particular, en las redes sociales virtuales, el papel que juegan los pueblos originarios resulta un asunto relevante a estudiar. Considero que los antropólogos estamos particularmente bien equipados para entrar al mundo virtual y conocer a los nuevos actores indígenas para comprender cómo se interrelaciona su ciberactivismo con la vida sociocultural en las comunidades locales.
¿Quiénes son los indígenas virtuales?
Es importante señalar que una de las múltiples desigualdades que enfrentan los indígenas se refiere al acceso y uso de las nuevas tecnologías, por lo que existe una brecha digital evidente entre las personas conectadas y no conectadas.[10] Aún así, es un hecho que las comunidades indígenas están usando las nuevas tecnologías y el internet. Entre los usuarios hay equidad de género, ya que la mitad es hombre y la otra mitad mujer; un poco más de la mitad utiliza la tablet o su teléfono inteligente para acceder a la red, la otra parte ocupa una laptop o computadora de escritorio para ello. Debido a que el uso del internet decrece conforme la edad, son sobre todo los jóvenes indígenas quienes están participando en internet y sus redes sociales. Parece ser que la menor penetración de equipos y conexiones a internet en los hogares indígenas no desanima a buena parte de estos jóvenes quienes, sea en los salones de cómputo de las escuelas, en los cafés internet o a través del celular en los lugares donde hay “señal”, están presentes y están participando en la sociedad red. Sin embargo, también es cierto que la participación de jóvenes indígenas urbanos es numéricamente más importante que la participación de jóvenes que radican en las comunidades de origen. Las participaciones se desarrollan en varios espacios virtuales, como son sitios web y blogs, y en redes sociales como Facebook, Twitter, Whatsapp, o YouTube.
Los indígenas virtuales como sujeto de estudio
Las actividades que se desarrollan en las redes sociales ofrecen oportunidades para el estudio de las comunidades indígenas. De acuerdo con Carmen Gómez Mont,[11] los usos que dan estos jóvenes en México al internet atienden múltiples temáticas: representación de la comunidad, defensa de la autonomía, rescate de las lenguas y culturas, organización en redes comunitarias, y comercio electrónico. Varios de estos usos son eminentemente sociales, y se refieren a la difusión y discusión de temas sociales, culturales y políticos considerados relevantes para los usuarios. Es este activismo digital indígena el que se caracteriza por una serie de particularidades que generan preguntas de investigación relevantes.
En primer lugar, podemos atender temas como la participación de la población indígena en la sociedad red como un tema de derechos y como un asunto que forma parte de procesos de inclusión/exclusión de este segmento de la población. Al hacer un diagnóstico del acceso y el uso del internet, ¿están los indígenas realmente aprovechando el internet? ¿Cuáles son los medios que se utilizan y cómo se relacionan con los modelos de comunicación tradicionales? El activismo digital indígena requiere de ciertas estrategias particulares para ser exitoso, ya que frecuentemente los usuarios deben superar un analfabetismo digital y, en el caso de ser activos en sus lenguas maternas, incluso un analfabetismo tradicional. Esto los coloca en una situación de desventaja en comparación con otros jóvenes. ¿Cómo se superan las desventajas relativas al acceso físico y al acceso cultural a las nuevas tecnologías?
Lo anterior lleva a preguntas acerca de las formas de apropiación y uso social de las nuevas tecnologías. ¿Qué usos sociales se están dando a los nuevos medios digitales en las comunidades indígenas? ¿Qué medios se usan para qué finalidades y en qué momento del activismo digital? ¿Cuáles son las relaciones, negociaciones y contrastes entre los medios digitales y los medios analógicos? Responder a estas preguntas nos acerca a comprender los procesos de incorporación de la población indígena a la sociedad informatizada.
Luego, podemos abordar el problema del activismo digital en términos de las actividades que se desarrollan en línea. ¿Cómo se han apoyado los indígenas en las nuevas tecnologías y el internet para defender sus causas? ¿Cómo presentan y representan a su cultura en internet? ¿Cómo se retroalimentan las relaciones online y offline? Existe una interacción estrecha entre el mundo virtual y el mundo no virtual. Movilizaciones existentes pueden hacer uso del internet para promover su causa, o algún grupo descontento puede organizar a la gente a partir del internet para luego tomar las calles. Lo anterior abre posibilidades para estudiar las interacciones entre los nuevos medios de comunicación y procesos sociales, culturales y políticos más complejos que se desarrollan en la sociedad.
Por último, quiero señalar el estudio de las nuevas comunidades e identidades en internet. ¿Qué nuevas comunidades e identidades se están generando a través del internet? ¿Podemos señalar a los jóvenes indígenas como una nueva categoría social? ¿Qué discursos y prácticas están apareciendo en internet y cómo influyen en las maneras de ver y entender el mundo de estos grupos sociales? A través del internet se crean lazos entre grupos de migrantes y su tierra de origen; se logra entrar en contacto con otros jóvenes indígenas en distintas regiones y países; y se pueden plantear y discutir asuntos considerados relevantes para la comunidad en una forma y un alcance que no era concebible antes. Estamos apenas en los inicios para entender cómo estos nuevos medios pueden o no influir en la defensa de los derechos, en la defensa del ser.
Conclusiones
El estudio del activismo digital indígena forma parte de la “antropología de las nuevas tecnologías”. En este contexto, los indígenas son actores nuevos, quienes utilizan el internet como plataforma para presentar, defender y promover sus causas. Estas causas se relacionan con luchas por el territorio, por la dignidad, y por el derecho de decidir. A través de sus actividades en red podemos presenciar, describir y analizar el pensamiento y las acciones de estos movimientos sociales como expresiones de alteridad, identidad, ciudadanía y resistencia.
En la actualidad, las plataformas web y las redes sociales virtuales articulan, difunden y retroalimentan las movilizaciones indígenas existentes. Generar etnografías (y netnografías) de este mundo virtual y el activismo digital que se desarrolla es él es una labor necesaria si queremos entender el mundo indígena de hoy, en el que el internet se ha colocado como un actor digno de tomar en cuenta.
[1] Arturo Escobar. El final de salvaje. Naturaleza, cultura y política en la antropología contemporánea. Santa Fe de Bogotá: CEREC / Instituto Colombiano de Antropología, 1999.
[2] Este grupo social aglutina a 180 organizaciones, pueblos, comunidades y barrios de distintas regiones del país. Véase sitio web de la Campaña Nacional de Defensa de la Madre Tierra y el Territorio. http://www.defensamadretierra.mx/nuevo/
[3] Véase sitio web de la Red Latinoamericana contra Represas. http://www.redlar.org/
[4] Véase sitio web del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero. http://movimientom4.org/
[5] Apropiarse de las Redes para Fortalecer la Palabra. Informe del proyecto Activismo Digital de Lenguas Indígenas de la asociación Global Voices (2017). Disponible en: https://rising.globalvoices.org/lenguas/investigacion/informe/
[6] Véase sitio web de la empresa Kernaia. http://kernaia.com/purepecha/
[7] Hilario Chi Canul. “Vitalidad lingüística y cultural de migrantes mayas en el wask´oop (WhatsApp). La lengua maya en la modernidad”. Ponencia presentada en el XXXVIII Coloquio de Antropología e Historia Regionales. Zamora, Michoacán, El Colegio de Michoacán, 26-28 octubre 2016.
[8] Véase página de Facebook. https://www.facebook.com/juchirap/
[9] Manuel Castells. La era de la información. Economía, sociedad y el poder de la identidad. México: Siglo XXI editores, 2001.
[10] Banco Mundial. Latinoamérica indígena en el siglo XXI. Primera década. Washington: Grupo Banco Mundial, 2015, 12. Este organismo reconoce que “los pueblos indígenas no se han beneficiado en la misma medida del aumento exponencial y la democratización de las nuevas tecnologías” y que este fenómeno refuerza formas preexistentes de exclusión, debido a que el acceso a nuevas tecnologías es un aspecto fundamental del capital social en las sociedades latinoamericanas.
[11] Carmen Gómez Mont. “Los usos sociales de Internet en comunidades indígenas mexicanas”. Ponencia presentada en “Comunicación y diversidad cultural”, Barcelona, España, Fórum Universal de las Culturas, 24-27 de mayo de 2004.